Si alguna vez te pasó que abriste la canilla y el agua no salía caliente como esperabas, es probable que tu calefón esté necesitando una buena limpieza. Ya sea que uses un calefón a gas o un calefactor para calentar los ambientes de tu casa, el mantenimiento es clave para que todo funcione como corresponde, especialmente en los meses más fríos del año.
Mucha gente se pregunta cómo limpiar un calefón sin saber por dónde empezar. ¿Hay que desarmarlo por completo? ¿Se puede sacar el sarro con vinagre? ¿Qué pasa si los quemadores están tapados? ¿Y si el calefactor prende pero no larga calor? En esta guía de nuestra empresa de limpieza en Buenos Aires, vamos a responder todas esas preguntas y te vamos a mostrar paso a paso cómo hacer una limpieza segura.
Limpieza de calefones
El calefón es uno de esos aparatos que solemos usar todos los días sin pensar demasiado… hasta que deja de funcionar como debería. Y muchas veces, el problema no está en una pieza rota, sino en la suciedad acumulada con el tiempo.
La limpieza de calefones es una tarea que podés hacer vos mismo si tenés algo de paciencia y tomás las precauciones necesarias. Es importante cortar el gas, dejar enfriar el equipo y trabajar con cuidado para evitar accidentes. Una buena limpieza puede solucionar problemas como baja presión de agua caliente, llamas inestables, ruido al encender o incluso cortes inesperados.
La clave está en conocer bien cada parte: los quemadores, el serpentín, la cámara de combustión, la termocupla y los ductos de salida de gases. Vamos a ver paso a paso cómo podés limpiar cada uno de estos elementos para que tu calefón funcione como el primer día.
¿Cómo limpiar un calefón a gas?
Si tu calefón es a gas, la limpieza tiene que ser especialmente cuidadosa. Primero, asegurate de cerrar la llave de paso del gas y desenchufarlo si es eléctrico. Dejá que el equipo se enfríe por completo antes de empezar.
Retirá la carcasa externa: suele estar sujeta con tornillos que podés sacar con un destornillador común. Guardalos bien para volver a colocarla después.
Limpieza general: usá un pincel o un cepillo de cerdas suaves para sacar el polvo y la suciedad superficial de las partes visibles.
Quemadores: revisalos con atención. Si están con hollín o tienen los orificios tapados, es momento de hacer una limpieza más profunda (lo vemos abajo).
Intercambiador de calor (serpentín): es la parte donde el agua se calienta. Acá suele acumularse sarro que puede disminuir el rendimiento. En la siguiente sección te contamos cómo eliminarlo.
Verificá las conexiones: asegurate de que no haya pérdidas de gas ni piezas flojas. Si algo no te cierra, no lo fuerces. En ese caso, lo mejor es contactar a un técnico matriculado.
Una vez que limpiaste todo, volvé a armar el calefón, abrí el gas y probá que funcione bien. Si la llama está azul y pareja, hiciste un buen trabajo.
¿Cómo limpiar los quemadores del calefón?
Los quemadores son fundamentales para que el calefón funcione de forma eficiente. Si están tapados o sucios, la combustión va a ser deficiente y puede generar hollín, mal olor o incluso apagones inesperados.
Para limpiarlos:
Retiralos del calefón con cuidado. Algunos están sujetos con clips o tornillos.
Usá un cepillo metálico o de cerdas duras para sacar el polvo, la grasa o los residuos de gas acumulados.
Si los orificios están obstruidos, podés usar una aguja fina para destaparlos. Hacelo con delicadeza, sin agrandar los agujeros.
No uses productos líquidos ni abrasivos sobre los quemadores. Lo ideal es una limpieza en seco.
Una vez limpios, volvé a colocarlos tal como estaban. Revisá que estén bien sujetos y alineados con la termocupla.
¿Cómo limpiar el sarro del calefón?
El sarro es un enemigo silencioso. Se forma por la acumulación de minerales presentes en el agua, especialmente si vivís en una zona con agua dura. Cuando se acumula en el serpentín del calefón, puede reducir el flujo de agua caliente o incluso obstruir completamente el paso.
Para limpiarlo:
Cerrá el paso del agua y asegurate de que el calefón esté apagado y frío.
Desmontá el serpentín o intercambiador de calor si tenés acceso. Si no, podés hacer una limpieza interna con una bomba de recirculación.
Aplicá vinagre blanco caliente o un producto desincrustante especial para calefones. Dejá actuar al menos 30 minutos.
Enjuagá con agua limpia varias veces hasta que no queden restos.
Volvé a instalar el serpentín y revisá que no haya pérdidas.
Esta limpieza puede hacer una gran diferencia en el rendimiento del calefón, y te permite evitar futuras obstrucciones o desperfectos.
¿Cómo limpiar el hollín del calefón?
El hollín se forma cuando la combustión del gas no es completa. Además de ensuciar el calefón, puede obstruir la salida de gases y generar un riesgo de intoxicación. Si notás manchas negras o una llama amarilla en lugar de azul, es señal de que hay hollín.
Para eliminarlo:
Accedé a la cámara de combustión sacando la tapa del calefón.
Usá un cepillo metálico o un aspirador pequeño para remover el hollín acumulado. No lo hagas en un lugar cerrado: ventilá bien el ambiente.
Revisá que los orificios de ventilación estén limpios y que la salida de gases no esté tapada.
Después de la limpieza, observá la llama: si es azul y estable, todo está funcionando correctamente.
Limpieza de calefactores a gas
Los calefactores a gas son una de las formas más comunes de calefacción en los hogares argentinos. Funcionan muy bien, pero si no se limpian con frecuencia pueden empezar a fallar, largar olor o incluso apagarse solos.
La acumulación de polvo, pelusas o residuos de combustión puede afectar su rendimiento y hacer que consuman más gas del necesario. Además, si no se hace un buen mantenimiento, pueden convertirse en un riesgo para la salud, ya que una mala combustión libera monóxido de carbono.
Por eso, si querés mantener tus equipos en condiciones, la limpieza de calefactores a gas es una tarea que vale la pena hacer al menos una vez al año, idealmente antes de que empiece el invierno.
¿Cómo limpiar un calefactor a gas?
Antes que nada: cerrá la llave de paso del gas y esperá a que el calefactor se enfríe. No se recomienda limpiarlo mientras está caliente ni enchufado (en caso de que tenga encendido eléctrico).
Quitá la tapa frontal del calefactor: la mayoría de los modelos permite hacerlo con facilidad, sin herramientas, aunque algunos pueden tener tornillos.
Pasá un pincel o cepillo suave por el interior para sacar el polvo acumulado en las paredes internas, la rejilla de ventilación y los conductos de salida de gases. También podés usar una aspiradora con boquilla fina.
Limpieza profunda: si notás que la llama sale amarilla, irregular o si el calefactor se apaga solo, probablemente necesite una limpieza más a fondo en los picos y en la termocupla (te explicamos cómo en los siguientes apartados).
Verificá el estado general: si hay cables quemados, partes sueltas o signos de oxidación, lo mejor es llamar a un gasista matriculado.
Una vez limpio, volvé a colocar la tapa y abrí el gas. Encendé el calefactor y fijate cómo responde. Si la llama es azul y constante, está en buenas condiciones.
¿Cómo limpiar los picos de un calefactor?
Los picos o inyectores del calefactor son los que regulan la salida de gas hacia el quemador. Si están sucios o parcialmente tapados, la llama va a salir con poca fuerza o con un color extraño, lo que indica mala combustión.
Para limpiarlos:
Ubicá los picos (generalmente son de bronce y tienen un pequeño orificio central).
Retiralos con una llave adecuada o girándolos con cuidado si están a presión.
Usá una aguja fina o alambre delgado para destapar el orificio. No uses elementos que agranden el agujero, porque eso puede alterar la presión de salida del gas.
Pasales un paño seco para sacar restos de polvo o grasa. No uses agua ni productos corrosivos.
Volvé a colocarlos bien firmes, revisá que no haya pérdidas y encendé el calefactor para comprobar el resultado.
¿Cómo limpiar la termocupla de un calefactor?
La termocupla es una pieza clave en la seguridad del calefactor: detecta si la llama está encendida y, si no lo está, corta automáticamente el paso de gas. Si se ensucia o deja de funcionar bien, el calefactor puede apagarse solo al poco tiempo de prenderse.
Pasos para limpiarla:
Ubicá la termocupla: es una varilla metálica delgada que suele estar cerca del quemador, en contacto directo con la llama piloto.
Pasá un papel de lija suave o una lana de acero fina para eliminar residuos, hollín o suciedad acumulada.
Evitá doblarla o forzarla. Es una pieza delicada y debe mantener su posición exacta frente a la llama.
Una vez limpia, volvé a armar todo y encendé el calefactor. Si la llama piloto se mantiene encendida y el calefactor no se apaga, la limpieza fue exitosa.
¿Es más compleja la limpieza de calefactores tiro balanceado?
Sí, la limpieza de calefactores tiro balanceado es más compleja que la de un calefactor común, y te explico por qué.
Este tipo de calefactores tiene un sistema de ventilación doble: uno para tomar aire del exterior y otro para expulsar los gases de la combustión. Eso los hace más seguros, pero también significa que hay más componentes que pueden ensuciarse u obstruirse, como los conductos, las rejillas y el sistema de encendido.
Además, como suelen estar sellados y tener partes que no son tan accesibles a simple vista, a veces se necesita desmontar el frente o acceder a zonas menos visibles, lo que complica un poco la limpieza casera.
Por eso, aunque hay tareas de mantenimiento que podés hacer vos —como aspirar el polvo o revisar las rejillas—, si notás que no calienta bien, se apaga seguido o larga olor raro, lo mejor es llamar a un gasista matriculado. Con este tipo de equipos, no conviene improvisar.
La importancia de contar con asistencia de un gasista matriculado
Si bien hay procesos de limpieza que podemos hacer por nosotros mismos, como aspirar el polvo o revisar las rejillas de ventilación, hay otros que requieren conocimientos técnicos específicos.
Este profesional puede detectar fallas que no son visibles a simple vista, realizar ajustes en los inyectores, medir el nivel de gases emitidos, revisar las conexiones y asegurar que todo el sistema funcione de forma eficiente y segura.
Además, muchas veces el mal funcionamiento de un calefactor o calefón no se debe solo a la suciedad, sino a piezas desgastadas, válvulas que no cierran bien o sistemas de encendido defectuosos. Y esas reparaciones deben estar a cargo de alguien capacitado.
Por eso, más allá de una buena rutina de limpieza, es fundamental hacer al menos una revisión anual con un gasista matriculado, preferentemente antes de la temporada de frío.